Es un conjunto de costumbres, valores, actitudes y hábitos que un individuo o una sociedad tienen con respecto a la importancia del agua para el desarrollo de todo ser vivo, la disponibilidad del recurso en su entorno y las acciones necesarias para obtenerla , distribuirla, desalojarla, limpiarla y reutilizarla.
Esta cultura lleva consigo el compromiso de valorar y preservar el recurso , utilizándolo con responsabilidad en todas las actividades, bajo un esquema de desarrollo sustentable, además de transmitirla como parte de su interacción social.
Si queremos contar con agua para las próximas generaciones debemos tomar en cuenta los valores de la cultura del agua.
Lograr que los habitantes del Estado comprendan que el agua es un recurso limitado y vital que se nos está terminando.
Lograr que la ciudadanía adopte actitudes y hábitos racionales y responsables con respecto al consumo del agua, para evitar su derroche y por lo tanto su escasez.
Lograr que la población pague un precio justo por los servicios de agua que se le proporcionan.